Por Joaquim Bosch / Viñeta: Luis Sanchez

Joaquim Bosch
Analogías. Quienes culpan del terrorismo a todos los musulmanes están cerca del fanatismo irracional de los yihadistas.
Política religiosa. El Gobierno indulta a aquellos penados que le piden las cofradías de Semana Santa. Los condenados ateos, musulmanes o judíos han de cumplir sus penas. Surrealista.
Vergüenza europea. Expulsar refugiados con un pacto mercantil es una indecencia sin precedentes y una vulneración de los derechos de enorme crueldad.
Paradojas. El Gobierno ha sido tolerante con los corruptos y tacaño en recursos humanos y materiales con los jueces que luchan contra corrupción.
Humanismo pisoteado. Los principios se demuestran cuando se ponen a prueba. La Unión Europea presume de cumplir los derechos humanos pero obsequia a los refugiados con devoluciones, lodazales y alambradas.
Retroceso. El trato inmoral de la UE a los refugiados confirma la defunción del humanismo europeo, sepultado por el mercantilismo y la xenofobia social.
Crimen y castigo. La prisión es lo que más temen los corruptos. Pero el Gobierno se ha negado a aumentarles las penas.
La gran estafa bancaria. El Tribunal Supremo concluye que Bankia engañó a nuevos accionistas, entre ellos muchos ancianos sin estudios. ¿Quién controlaba esas inmoralidades?
Proteccionismo liberal. La jurisdicción europa dice por enésima vez que las leyes españolas protegen a los bancos y dañan a los consumidores.
Mercantilismo cruel. La misma Europa mercantilista que está liquidando los derechos sociales es la que trata a refugiados indefensos como si tuvieran lepra.
Acuerdos y desacuerdos. Las dificultades para formar Gobierno demuestran la escasa cultura del pacto que hay en nuestra democracia. Es una oportunidad para mejorar.
Labor bien hecha. El caso Urdangarin ha puesto a prueba al Estado de Derecho, y la labor de los jueces ha sido ejemplar.
Juicio a la banca. Una vez más el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha cuestionado la legislación española por sus privilegios a favor de las entidades bancarias. Unas ventajas que han permitido imponer todo tipo de cláusulas abusivas, especialmente en el ámbito de las hipotecas y otros contratos, en materia de intereses, comisiones, suelo o vencimiento anticipado. Es un enriquecimiento ilegítimo que ha permitido a los bancos obtener beneficios de muchísimos millones de euros. Nuestro Gobierno ha favorecido esta legislación. Y no ha querido activar una inspección que sancione las malas prácticas bancarias para acabar con ellas. Desde Jueces para la Democracia reclamamos una nueva legislación en materia de consumo que proteja a los ciudadanos ante estas actuaciones abusivas.
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Luis Sánchez